Hoy se han convertido en el estándar del vídeo doméstico, pero para llegar a esta situación los reproductores DVD han vivido una auténtica revolución en unos pocos años, han modificado sus prestaciones y diseños para convertirse en dispositivos multifuncionales. Siempre con la idea de ofrecer algo más, los fabricantes han ido incorporando a estos aparatos diferentes funciones y posibilidades.
Primeros pasos
Los primeros reproductores DVD aparecieron en el campo profesional, pero rápidamente saltaron al terreno doméstico donde sus posibilidades fueron aumentando paulatinamente. Los primeros modelos que se incorporaron a los salones sólo podían reproducir discos de una sola cara, con una sola capa de información. De este modo, en estos discos difícilmente cabía más que un largometraje y unos sencillos menús. Después, aparecieron los discos de doble cara, que obligaban al usuario a tener que girar el disco de forma manual a mitad de película. Estos fueron rápidamente sustituidos por los actuales discos DVD que se presentan en diferentes formatos según su capacidad, pudiendo almacenar 4,7 GB (capa sencilla) hasta 8,5 GB (doble capa). Por ello, muchos de los primeros reproductores de DVD han tenido que ser renovados. Esta necesidad de incorporar más y más capacidad viene promovida en parte por las compañías productoras de películas, que buscan en el DVD un soporte que les permita explotar comercialmente otros contenidos vinculados a sus largometrajes, que rápidamente comienzan a conocerse entre los aficionados como los demandados “extras” de las películas. Estos “extras” se convierten en uno de los principales argumentos de venta de los reproductores DVD, después de la calidad de imagen y sonido.
Los primeros reproductores DVD aparecieron en el campo profesional, pero rápidamente saltaron al terreno doméstico donde sus posibilidades fueron aumentando paulatinamente. Los primeros modelos que se incorporaron a los salones sólo podían reproducir discos de una sola cara, con una sola capa de información. De este modo, en estos discos difícilmente cabía más que un largometraje y unos sencillos menús. Después, aparecieron los discos de doble cara, que obligaban al usuario a tener que girar el disco de forma manual a mitad de película. Estos fueron rápidamente sustituidos por los actuales discos DVD que se presentan en diferentes formatos según su capacidad, pudiendo almacenar 4,7 GB (capa sencilla) hasta 8,5 GB (doble capa). Por ello, muchos de los primeros reproductores de DVD han tenido que ser renovados. Esta necesidad de incorporar más y más capacidad viene promovida en parte por las compañías productoras de películas, que buscan en el DVD un soporte que les permita explotar comercialmente otros contenidos vinculados a sus largometrajes, que rápidamente comienzan a conocerse entre los aficionados como los demandados “extras” de las películas. Estos “extras” se convierten en uno de los principales argumentos de venta de los reproductores DVD, después de la calidad de imagen y sonido.
hola
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